El tradicional simulacro de múltiples víctimas reunió a futuros profesionales, empresas especializadas, instituciones públicas y otras universidades, en un ejercicio que potencia el aprendizaje práctico y el vínculo con la comunidad.

La carrera de Enfermería de la Universidad Adventista de Chile realizó con éxito su sexta versión del simulacro de múltiples víctimas, una actividad práctica que cada año gana en realismo y complejidad. El ejercicio, dirigido a los estudiantes de cuarto año de la asignatura de Urgencia y Desastres, transformó el campus en un escenario de accidente con vehículos, incendio, humo y numerosos “pacientes” que requerían atención inmediata.

La directora de la carrera, Sandra Enríquez, explicó el valor de esta instancia: “Los estudiantes esperan esta oportunidad para desarrollar sus competencias. Los enfermeros siempre van a estar en el primer punto cuando hay un accidente”. La actividad contó con la participación de Carabineros y de la Tercera y Cuarta Compañía de Bomberos de Chillán, cuyos rescatistas realizaron labores de extracción vehicular con herramientas reales, sumando una capa de autenticidad al ejercicio.

Un elemento destacado fue la incorporación de simuladores de alta fidelidad, conocidos como fantomas, proporcionados por la empresa Skill Training. Yiset Sepúlveda, representante de la empresa, detalló: “Trajimos un simulador de trauma que se llama Ulises, que cuenta con una amputación y heridas múltiples, y otro que es un gran quemado. Esto aporta para que el simulacro sea mucho más real”. Estos maniquíes, con sonidos y movimiento, impactaron a los alumnos por su realismo, complementado además con el trabajo de maquillaje especializado en heridas a cargo del grupo Moulage.

La jornada también se caracterizó por la colaboración interinstitucional. Participaron como invitados estudiantes de la Universidad del Bío-Bío y de la Universidad de Concepción, quienes realizaron una evaluación formativa. El Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Dr. John Carreño, resaltó este punto: “Estamos haciendo mucha presencia en la región de Ñuble. Hay buenas relaciones con las empresas y el mundo privado en esta área”. Esta red de cooperación incluye no solo a otras casas de estudio, sino también a servicios públicos.

Precisamente, el vínculo activo de la universidad con la región de Ñuble se refleja en una relación bidireccional de apoyo y capacitación. La institución no solo recibe el apoyo de bomberos para sus simulacros, sino que también aporta su experiencia a la comunidad. El Dr. Carreño compartió un ejemplo reciente: “Hace dos semanas bomberos fueron capacitados… utilizando el Centro de Simulación Clínica. Para nosotros es un honor que hayan pensado en nosotros”. Esta dinámica de intercambio consolida a la universidad como un actor relevante en el desarrollo de capacidades para la salud y emergencias en la zona.

La actividad concluyó con una evaluación directa de los alumnos de cuarto año por parte de sus profesores, cerrando una jornada intensa que, como señaló Sandra Enríquez, representa un crecimiento notable: “Ya no es el simulacro tímido de hace seis años. El propósito es que los chicos puedan acercarse a lo más real posible”.