Todos los años, el 16 de octubre, hacemos una pausa en nuestro quehacer, para justificadamente, saludar a todos y cada uno de los profesores que actualmente imparten sus conocimientos en nuestra universidad y también para recordar a aquellos, que alguna vez fueron docentes de esta casa de estudios universitarios.
Varias generaciones de estudiantes, en estos 31 años de la UNACH, deben su formación, vocación e inspiración docente, a los profesores que, en las distintas etapas de la vida universitaria, fueron guías en su tránsito hacia la obtención de su tan deseado título profesional.
Gabriela Mistral, profesora y poetisa, escribió un decálogo de lo que es ser maestro, de las cuales algunos ellos señalan:
Acuérdate de que tu oficio no es mercancía, sino que es servicio divino.
Antes de dictar tu lección cotidiana, mira a tu corazón y ve si está puro.
Piensa en que Dios te ha puesto a crear el mundo del mañana.
Y nuestro Padre, quien es nuestro Maestro, en la Palabra divina, dejó escrito:
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. (Salmos 32:8 RVR1960)
Sin duda, la labor de un Profesor, marca infinitamente las vidas de todos sus estudiantes, impulsando en cada uno de ellos el deseo de aprender, buscar conocimiento y enseñar.
A estos desafíos que no son ajenos a nuestros docentes, sumamos uno más, el valor de entregar una formación distintiva a los alumnos de la Universidad Adventista de Chile, con fuertes y sólidos valores cristianos.