En el contexto del Día Internacional de las Lenguas de Señas, la Universidad Adventista de Chile consolida su propuesta formativa, alineándose con una tendencia global que reconoce la importancia de estas lenguas para la plena participación social.
La Magíster Milka Pavez Álvarez, coordinadora de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial de la UNACH, destacó que, contrario a la creencia popular, no existe una lengua de señas universal. Cada país, e incluso regiones dentro de ellos, desarrolla su propia lengua, la cual es reconocida legalmente como un idioma completo. Esta diversidad lingüística es vasta; se estima que existen más de 300 lenguas de señas distintas en el mundo, desde la American Sign Language (ASL) hasta la Lengua de Señas Chilena (LSCh).
A nivel global, la Organización de las Naciones Unidas ha sido un actor clave en este reconocimiento, estableciendo esta conmemoración para concienciar sobre los derechos de las personas sordas. Países como Nueva Zelanda han dado pasos significativos al otorgar estatus oficial a su lengua de señas, situándola al mismo nivel que el inglés y el maorí. En la misma línea, naciones como Finlandia e Islandia la han integrado en sus constituciones, asegurando su protección y promoción.


Frente a este escenario, la Universidad Adventista de Chile responde integrando este conocimiento en su malla curricular. La reciente incorporación de la asignatura «Lenguaje Inclusivo» prepara a los futuros docentes para interactuar competentemente con personas sordas y ciegas. Además, la universidad extiende este aprendizaje a todos sus estudiantes mediante cursos complementarios de lengua de señas y braille, respondiendo a una creciente demanda por herramientas de inclusión real.
Esta aproximación refleja el carácter distintivo de la institución, que se materializa en un campus que valora la diversidad. La invitación final es a que cada persona, desde su ámbito, contribuya a una sociedad más inclusiva, empezando por un trato respetuoso y el interés por aprender estas lenguas que, más que un sistema de comunicación, son un puente hacia la igualdad de oportunidades.
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