Funcionarios disfrutan de sesiones gratuitas de masoterapia realizadas por estudiantes en formación, en una iniciativa que fortalece la salud integral y el sentido de comunidad.
En la Universidad Adventista de Chile (UNACH), el bienestar es una misión que se vive y se comparte. Por tercer año consecutivo, el programa “Gente Cuidando de Gente” ha vuelto a tender ese puente entre el conocimiento académico y el cuidado con propósito, creando un espacio donde el estrés cede su lugar a la relajación, y el agotamiento se transforma en renovación.
La iniciativa, que comenzó en el mes de septiembre, beneficia directamente a 16 funcionarios de la institución. Pero su impacto va más allá. Detrás de cada masaje relajante, descontracturante y depurativo, hay una historia de aprendizaje y servicio. Son los propios estudiantes de la universidad quienes, guiados por la experta acompañamiento de su profesora y con el valioso asesoramiento del Dr. Alixon Reyes, ponen en práctica sus habilidades.


Este no es un masaje convencional. Es una experiencia holística que integra de manera consciente los ocho remedios naturales: desde la importancia de respirar aire puro y mantener una nutrición adecuada, hasta el valor del descanso profundo y la confianza. Incluso las cremas utilizadas son elaboradas de forma natural por los alumnos, añadiendo una capa más de dedicación y autenticidad a cada sesión.
Para los funcionarios, estas ocho intervenciones programadas son una pausa reparadora en su rutina, un momento para reconectarse consigo mismos y aliviar las tensiones acumuladas. Para los estudiantes, es la oportunidad de trascender el aula y aprender desde la empatía, comprendiendo que su futuro trabajo impactará directamente en la calidad de vida de las personas.
“Gente Cuidando de Gente” es mucho más que un programa de masoterapia. Es un círculo virtuoso donde la universidad cuida a sus funcionarios, los estudiantes aprenden sirviendo y toda la comunidad se fortalece. Es la misión de la UNACH en acción: formar no solo profesionales competentes, sino también seres humanos compasivos, comprometidos con el bienestar de su entorno.
Colaboración: Eliana Riffo, asistente DGP