UNACH en la noche final de I Will Go 2025: Un legado que se traspasa

por | Oct 25, 2025

Bajo el cielo estrellado de la Región de Ñuble, la comunidad presente en la Universidad Adventista de Chile (UNACH) se vistió de gala para ser el epicentro de una despedida cargada de emoción, música y un profundo sentido de misión. El sábado 25 de octubre de 2025 no fue un cierre, sino la vibrante culminación del 7º Congreso I Will Go Light Up, un evento que logró encender una llama en el corazón de más de cuatro mil jóvenes, dejando una huella imborrable en estas tierras chilenas.

La velada del sábado en el campus de la UNACH respiró un ambiente distinto, una mezcla de celebración por lo vivido y expectativa por el futuro que se avecinaba. El programa, titulado «Light Up – In Asia», comenzó puntual con un espacio publicitario que dio paso a la poderosa proyección de videos institucionales. La pantalla principal se inundó con las imágenes inspiradoras, recordando el camino recorrido y preparando el terreno para lo que sería una noche de transiciones simbólicas. La Facultad Adventista de Paraná, Brasil, tuvo su momento de protagonismo, promocionando su universidad y su movimiento misionero, un recordatorio del ecosistema global adventista del que todos forman parte. La entrada y salida de delegaciones en el escenario se realizó con una coreografía impecable, evidenciando la logística y el orden que caracterizaron todo el congreso.

Tras la cuenta regresiva y el ya familiar video de seguridad subtitulado, los maestros de ceremonia dieron una cálida bienvenida e invitaron a la congregación a unirse en oración. El equipo de alabanza, con una energía contagiosa, tomó entonces el escenario. Los acordes de «Rumbo al Hogar» y el Canto Lema resonaron en el auditorio, elevando una ola de adoración que unió todas las voces en un solo cántico de gratitud y entrega. Fue en este clima de recogimiento y alabanza donde comenzaron a tejerse los hilos más emotivos de la noche.

Uno a uno, los testimonios fueron pintando con rostros y experiencias concretas el lema «I Will Go». Karen Tessaro, voluntaria en Cambodia y Tailandia, desde la pantalla y luego en persona, compartió su historia, seguida por la impactante presentación de la Universidad Adventista de Chile, que entrelazó su promoción con el testimonio vivo de Bruno de Barros. Estos relatos no fueron simples interludios, sino el corazón palpitante del congreso, demostrando que la misión transforma tanto a quienes reciben como a quienes dan. La oración por los voluntarios, guiada por el Pastor Edward, fue un momento de singular potencia, donde las peticiones se elevaron con fe, pidiendo dirección y protección para los jóvenes que pronto partirían a servir en distintos rincones del mundo.

La segunda parte de la noche mantuvo el mismo tono de inspiración con la plenaria a cargo de Rafael Porto, cuya exposición, precedida por un video del Servicio Voluntario Adventista, profundizó en el llamado a la acción, sirviendo como potentes recordatorios del compromiso adquirido.

Sin embargo, el punto de inflexión de la noche, el acto que encapsuló el espíritu de continuidad y legado del evento, fue el solemne y emotivo traspaso de la bandera de I Will Go. Este momento, cargado de un simbolismo profundo, no fue una simple formalidad protocolaria. Mientras los presentes contenían el aliento, la enseña que había ondeado como estandarte del congreso en Chile, fue entregada en un gesto que representaba la confianza y la responsabilidad compartida. La bandera, con su mensaje audaz de «I Will Go», cambió de manos, siendo recibida oficialmente por los representantes de la Unión Norte Brasileira (UNB). Este acto significó mucho más que el cambio de sede para el próximo congreso; fue la materialización de un ciclo que se renueva. La UNACH, como anfitriona, pasaba el testigo de una llama que no se apaga, sino que se transporta para ser avivada en nuevos territorios. La bandera que se elevó en Ñuble ahora se prepara para ondear en Brasil, llevando consigo el espíritu de los jóvenes y la promesa de que la misión continúa, expandiéndose desde el cono sur hacia nuevas fronteras. Fue un silencio elocuente, roto por aplausos cálidos y esperanzados, que selló la unidad continental del movimiento adventista juvenil.

La despedida, a cargo nuevamente de los maestros de ceremonia, no estuvieron exentas de emoción, pero fue en el canto final donde la despedida adquirió su tono más conmovedor. Las letras del canto lema «I Will Go» resonaron una vez más, no como un simple eslogan, sino como una promesa personal cantada por más de cuatro mil voces. Con el último «Amén» de la oración final el congreso llegó formalmente a su fin, pero la energía en el ambiente sugería que algo profundo había comenzado.

Más allá del impecable desarrollo del programa y la impresionante infraestructura; la disposición de la comunidad de la Universidad Adventista de Chile, marcaron ese detalle que quedará en la retina de nuestros visitantes. La logística del evento fue una obra maestra de planificación. El equipo de multimedia trabajó con precisión de relojería, sincronizando las pantallas laterales, el tótem y la pantalla principal para crear una experiencia visual inmersiva. El audio, con una claridad perfecta y una gestión de micrófonos que permitió fluidez en cada intervención, junto con una dinámica de luces que supo realzar cada momento, desde la intimidad de una oración hasta la euforia de un canto, demostraron un nivel de profesionalismo envidiable. La transmisión fue durante todo el congreso una ventana fundamental para aquellos que no pudieron estar físicamente presentes.

Ser sede del 7º Congreso I Will Go Light Up 2025 ha dejado una impresión profundamente positiva en las tierras ñublensinas. La UNACH no solo proporcionó el espacio físico, sino que abrazó el evento como propio. La comunidad universitaria, desde los estudiantes voluntarios hasta el cuerpo docente y administrativo, mostró una hospitalidad y una calidez que se convirtió en el sello distintivo del congreso. Cada rincón del campus, cada indicación, cada sonrisa de bienvenida, contribuyó a crear un ambiente familiar y seguro donde los jóvenes pudieron concentrarse en su experiencia espiritual y misionera. La elección de esta región de Chile como anfitriona resultó ser un acierto, permitiendo a los asistentes no solo vivir una experiencia transformadora dentro del campus, sino también llevarse en sus retinas la belleza natural y la tranquilidad de Ñuble.

El I Will Go 2025 Light Up en Chile ha concluido. Las sillas del auditorio están vacías, las pantallas se han apagado y los equipos de sonido enmudecen. Pero el eco de los cánticos, la fuerza de los testimonios y, sobre todo, la imagen de esa bandera viajando hacia nuevas fronteras, permanecen. La Universidad Adventista de Chile puede sentirse alegre de haber sido el hogar temporal de un movimiento que trasciende fronteras, de haber alimentado un fuego que ahora brilla con más fuerza y que, desde el corazón de Ñuble, ilumina el camino para que una nueva generación diga, con convicción renovada: «I Will Go».

Lo Último

Trabajo Social UNACH: Voces Académicas en Seminario Internacional

Trabajo Social UNACH: Voces Académicas en Seminario Internacional

La Carrera de Trabajo Social de la Universidad Adventista de Chile formó parte del XXIV Seminario Internacional ALAEITS, un espacio de diálogo que reunió a especialistas de toda Latinoamérica para analizar los avances y progresión de la profesión. La comunidad...

Publicaciones Recientes