La Universidad Adventista de Chile fue sede de un seminario que analizó los alcances de este tratado internacional, convocando a diversos actores para conversar sobre educación, transparencia y justicia ambiental.
El Salón Auditorio de la Biblioteca de la Universidad Adventista de Chile acogió el Seminario de Educación Ambiental “Acuerdo de Escazú: desafíos y oportunidades”, una actividad organizada por la SEREMI del Medio Ambiente de Ñuble. La jornada congregó a autoridades, académicos y representantes de establecimientos educativos con Certificación Ambiental SNCAE, reflejando el interés de la comunidad por los temas de sustentabilidad.
Durante la actividad, el Seremi del Medio Ambiente, Mario Rivas, se refirió a la relevancia del Acuerdo de Escazú como una herramienta fundamental para avanzar en transparencia, participación ciudadana y justicia ambiental.



El Acuerdo de Escazú es el primer tratado regional de América Latina y el Caribe en materia ambiental. Busca asegurar el derecho a un medio ambiente sano a través de tres pilares centrales: el acceso a la información pública, la participación de las personas en las decisiones ambientales y el acceso a mecanismos de justicia. Además, es pionero a nivel global en incluir disposiciones específicas para la protección de quienes defienden los derechos humanos ambientales.
Las presentaciones estuvieron a cargo de Roberto González Munizaga, del Departamento de Educación Ambiental del MMA; Miguel Santos González, de Gestión Ambiental Local; y Andrés Barra Sívori, abogado del Servicio de Evaluación Ambiental. Sus exposiciones permitieron comprender la relación del acuerdo con la educación, la gestión local y los procesos de evaluación.



Por parte de la Facultad de Ingeniería y Negocios de la UNACH, estuvieron presentes su decana, Dra. Mónica Acosta, y la profesora Patricia Rodríguez Donaire, quien además es secretaria del Consejo Consultivo Regional del Medio Ambiente. Ambas destacaron cómo la educación ambiental es clave para formar una ciudadanía informada y participativa frente a problemáticas como el cambio climático.
El seminario sirvió como un espacio para identificar tanto las oportunidades que presenta el Acuerdo de Escazú, como el fortalecimiento de la democracia ambiental y los desafíos pendientes, entre los que se encuentran su implementación efectiva en los países y la superación de barreras para una participación ciudadana real.









