La iniciativa permitió a alumnos del curso complementario aplicar sus conocimientos en atenciones reales, creando un espacio de bienestar que benefició a trabajadores de la institución.
En una muestra concreta del espíritu de servicio que caracteriza a la Universidad Adventista de Chile, se desarrolló la jornada final del ciclo de masoterapia del programa «Gente Cuidando de Gente». La actividad congregó a estudiantes y funcionarios en un entorno donde el conocimiento técnico se unió al cuidado personalizado, generando un espacio de encuentro y bienestar para la comunidad universitaria.
Los alumnos del curso complementario fueron los protagonistas de esta iniciativa, atendiendo a trabajadores de la institución con técnicas profesionales de masaje relajante, descontracturante y estiramientos de espalda. El valor de la experiencia se enriqueció con el uso de cremas artesanales elaboradas a partir de insumos naturales, agregando un componente de dedicación especial a cada atención.
Esta sesión representó la culminación de un proceso de ocho encuentros donde, más allá de las técnicas manuales, se brindó orientación personalizada para promover hábitos saludables entre los participantes. El Dr. Alixon Reyes acompañó todo el proceso, proporcionando guía técnica y metodológica a los estudiantes, además de realizar el registro y seguimiento sistemático que aportó solidez académica a la práctica.



Para los funcionarios de la Universidad Adventista de Chile, actividades como esta representan una oportunidad de experimentar directamente el cuidado institucional. En el ritmo exigente de la vida universitaria, estos espacios permiten aliviar tensiones físicas y emocionales, al mismo tiempo que fortalecen los lazos entre los diferentes estamentos que conforman la comunidad educativa.
La profesora Eliana Riffo, docente del Complementario de Masoterapia, valoró el sentido profundo de la actividad: «Esta experiencia permitió que los estudiantes aplicaran sus conocimientos en un contexto real, fortaleciendo su compromiso con el servicio y el cuidado del otro». Sus palabras reflejan el doble impacto de la iniciativa: mientras los funcionarios recibían atenciones terapéuticas, los estudiantes cultivaban valores de empatía y responsabilidad social.
El programa «Gente Cuidando de Gente» demuestra, como el aprendizaje trasciende las aulas para convertirse en una herramienta de transformación comunitaria.









