La comunidad universitaria se reunió para celebrar más de seis décadas de trayectoria de la carrera de Pedagogía en Educación General Básica, destacando su impacto en la formación docente y su vínculo activo con la región.

Con un llamado a recordar el camino recorrido y a mirar con esperanza lo que viene, la Universidad Adventista de Chile celebró los 62 años de la carrera de Pedagogía en Educación General Básica en una ceremonia cargada de sentido comunitario y reflexión pedagógica. La actividad reunió a académicos, estudiantes, egresados y representantes de instituciones colaboradoras, en un espacio donde se reconoció la identidad formativa que distingue a esta disciplina.

La decana (S) de la Facultad de Educación, Gisela Biaggi, abrió el encuentro recordando que “no tenemos nada que temer del futuro si no olvidamos cómo Dios nos ha guiado en el pasado”. Este tono de confianza y continuidad marcó la jornada, en la que también se destacó el papel de los docentes como formadores integrales. Gustavo Fuentes, director de la carrera, subrayó que “enseñar es acompañar, y cada docente formado aquí es un testimonio vivo de que la educación adventista transforma vidas”.

El evento sirvió para recorrer la historia de una carrera que nació en 1963 mediante un convenio con la Universidad de Concepción y que, con los años, se consolidó como un referente en la formación de profesores para la educación básica en Chile. A lo largo de su trayectoria, ha formado generaciones de educadores que hoy desempeñan su labor en contextos urbanos y rurales, llevando consigo un enfoque pedagógico que integra lo académico con el desarrollo espiritual y valórico.

Durante la ceremonia, se hizo especial énfasis en la evolución y los logros recientes del programa. Miguel Ángel Gutiérrez, académico a cargo del proceso de acreditación, destacó el trabajo colectivo entre profesores y estudiantes, señalando que “como carrera nos unificamos y hemos construido una identidad que nos distingue”. Este espíritu de colaboración ha permitido avances en investigación formativa, publicaciones con participación estudiantil y una presencia activa en redes pedagógicas nacionales.

La vinculación con la comunidad se presentó como un pilar fundamental. La profesora Diana de la Fuente explicó que estas alianzas, con escuelas, bibliotecas públicas y organismos como la Cátedra UNESCO de la Universidad del Bío Bío, enriquecen tanto a los estudiantes como a los territorios donde intervienen. “La academia entrega conocimiento y servicio, mientras la comunidad nos devuelve cultura y sabiduría”, expresó.

Desde la mirada estudiantil, Antonia Balboa, alumna de tercer año, compartió que formarse en esta pedagogía “significa mucho más que aprender contenidos; es cultivar el compañerismo y aportar al crecimiento integral de las nuevas generaciones”. Sus palabras reflejaron el sentido de propósito que caracteriza a quienes eligen esta profesión.

Como parte central del acto, se entregaron reconocimientos a docentes y directivos que han dejado una huella en la carrera, entre ellos el profesor Isidro Sasso, quien dirigió el programa entre 2007 y 2015. En un ambiente de gratitud y mirada compartida hacia el futuro, la comunidad ratificó que la esencia de la pedagogía adventista sigue vigente: sembrar, a través de la educación, valores que perduran y transforman.

La celebración cerró con un sentido de continuidad y proyección, confirmando que estos 62 años son solo el comienzo de un legado que seguirá creciendo. Formar maestros con vocación, principios sólidos y apertura comunitaria sigue siendo el camino que define a esta carrera, inspirando a nuevas generaciones a enseñar con dedicación y a sembrar futuro en cada aula de Chile.